miércoles, 7 de marzo de 2007

La mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más ni más


—¡Ay! —respondió Sancho llorando—. No se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más ni más, sin que nadie le mate ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto más que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros y el que es vencido hoy ser vencedor mañana.
—Así es —dijo Sansón—, y el buen Sancho Panza está muy en la verdad destos casos.
—Señores —dijo don Quijote—, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño. Yo fui loco y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la Mancha y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno. Pueda con vuestras mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano.

4 comentarios:

Anitxa dijo...

Este fragmento pertenece a la segunda parte de Quijote, y se ubica exactamente en el capítulo LXXIV.
La razón por la que he escogido este fragmento es, simplemente, porque me parece muy tierno como Sancho no acepta el hecho de que DQ está moribundo, y trata de animarle a volver a vivir fantasías.
Es necesario destacar que DQ muere. Si de cuerdo hubiera tenido más vida, no habría leído libros de caballerías, sino otros que fueran “luz del alma”. Cuando despierta del sueño de la conversión, DQ se declara libre de “las sombras caliginosas de la ignorancia”, producto de la lectura excesiva de los libros de caballerías. El hidalgo cuerdo admite su “desengaño.

Ana Romeo y compañía dijo...

Tienes mucha razón, Ana, este fragmento tendría que incluirse en las categorías de "amor y amistad". La propuesta de Sancho de impostar las locuras que haga falta: hacerse pastor, cargar con la culpa del vencimiento, "desencantar a Dulcinea" son una muestra de amor verdadero por su amo y amigo. ¡Qué bien harías la selectividad de literatura Ana!

Anónimo dijo...

Las ultimas palabras de Don Quijote son las mas cuerdas, pero también las mas tristes.
Cuando porfín nos encontramos con un Don Quijote realmente cuerdo y sobrio de locuras que rechaza los esfuerzos de Sancho no hay una satisfacción, al contrario, más bien es como un sentimiento de pena

Ana Romeo y compañía dijo...

Renunciar a la utopía siempre deja pena. La crítica dice que, en realidad, don Quijote muere dos veces: la primera cuando renuncia a su personaje, a la locura literaria y a su proyecto vital. La segunda, cuando Alonso Quijano fallece de melancolía.